martes, 3 de junio de 2008

Esos compañeros tan excéntricos que tenemos

Material necesario:

- Una pesa de las que se atan a las extremidades. Para los no familiarizados, son unos saquitos de tela recubiertos de plástico, rellenos de arena o metal y que tienen unas correas para rodear tobillos o muñecas y se abrochan con unos cierres de Velcro. Los usan los corredores.

blog 3junio

- Una colchoneta (porque no quiero lesiones y porque no acepto responsabilidades por esta sencilla tabla de gimnasia empresarial).

- Ropa deportiva. Puede ser fea o pasada de moda.

- Un espejo de pared entera.

- Un poquito de forma física o subsidiariamente, espíritu deportivo o espíritu crítico.

Instrucciones:

Primer ejercicio: Atar la pesa al tobillo izquierdo. Tumbados boca arriba sobre la colchoneta, lumbares pegadas al suelo, estirar pierna izquierda y flexionar la derecha apoyando la planta del pie en la colchoneta. El ejercicio consiste en levantar diez veces la pierna izquierda desde el suelo hasta 90º. Duele, pero se endurece el abdominal inferior (bastante).

Primera variación: Desatar la pesa del tobillo izquierdo y atarla por encima de la rodilla izquierda. Misma posición boca arriba. Levantar la pierna izquierda diez veces hasta 90º. Con la pesa en la rodilla cuesta mucho menos ¿verdad? Se endurece el abdominal inferior bastante menos.

Segunda variación: Desatar la pesa y tirarla a la basura. Volver a tumbarse boca arriba y volver a levantar la pierna izquierda hasta 90º diez veces, con las pocas fuerzas que te quedan. Pesa considerablemente menos. No endurece nada. Como mucho, mantiene en su estado actual y listo. Versión para lesionados, para desentrenados y para blandos.

Segundo ejercicio: De pie, piernas separadas la anchura de las caderas, abdomen contraído (recomendable). La pesa se ata alrededor de la muñeca derecha. Levantar el brazo estirado, lateralmente hasta la horizontal diez veces. El deltoides se fortalece bastante.

Variación 1: Desatar la pesa de la muñeca y atarla otra vez en el brazo derecho, justo por encima del codo. Mismas diez repeticiones. El deltoides no se fortalece. Se mueve y da gracias. No se endurece.

Variación 2: Desatar la pesa de la muñeca y tirarla a la basura (la pesa, no la muñeca). Mismas diez repeticiones sin pesa. El deltoides está ahí y no duele. Ejercicio para gente en pésima forma y para preadolescentes.

Reflexión empresarial

No os cuento esto para que preparéis la Eurocopa. Tampoco, en honor a los Juegos Olímpicos de China. Este es un ejercicio de reflexión empresarial sobre cómo los elementos excéntricos en las organizaciones las fortalecen.

Imaginemos una empresa de prestación de servicios (una consultora, una empresa de selección de personal, una auditora o un estudio de arquitectura)

Empresa A, todos igualitos: obedientes, acríticos, peinados a raya, votantes del mismo partido, domingos en casa de padres o suegros…

Empresa B, todos igualitos: creativos, anárquicos, amantes del descenso de cañones, cada uno vestido a su aire, votantes del mismo partido, domingos en ONG …

Organizaciones uniformes como éstas están llamadas a perder competitividad. Si todos en la empresa somos iguales, accederemos siempre al mismo perfil de clientes, prestaremos siempre los mismos servicios, cobraremos siempre las mismas cantidades. En fin, nos encasillaremos. Poca innovación. Mal asunto para tiempos difíciles.

Hay clientes que buscan asesores agresivos y otros, conservadores. Los hay que quieren compromiso y otros, mera opinión técnica. Los hay inseguros, los hay arrogantes, los hay para todos los gustos y colores. Si todos los miembros del equipo somos idénticos, sólo una respuesta tenemos para ellos.

Conclusiones deportivo-empresariales

Encuentro que un profesional con un perfil distinto al de la generalidad es como una pesa puesta al final del brazo o de la pierna. Cuesta trabajo levantarla, como cuesta trabajo integrar al que es distinto. También merece la pena el esfuerzo de levantar la pesa y de integrar al distinto. Cuanto más parecidos somos todos (o más cerca está la pesa del cuerpo), tanto menos fuerte será la empresa (o el cuerpo).

La persona que es diversa enriquece la organización, encuentra los otros puntos de vista, resalta las contradicciones de la empresa. No creo que las multinacionales con políticas de diversidad la mantengan por convicción, puesto que siempre es más fácil gestionar ovejitas todas iguales, pacientes y acríticas. Las empresas acogen a las minorías por obligación y con mala cara. Sin embargo, cuando les preguntas qué tal, resulta que la diversidad los fortalece y les sirve para aprender.

No me digáis “haces trampa: demasiada diversidad es indigesta”. Pues a lo mejor, sí. No me imagino un negocio con la mitad del perfil “A” y la mitad “B”. No obstante, unos pocos excéntricos en empresas sustancialmente uniformes me parecen imprescindibles. ¡Que haya al menos alguien que no firme siempre en la línea de puntos!

Ocurre igual con las pesas. A lo mejor no es posible levantar a la primera esa pesa, así que, hala, a entrenar. Y da gracias a la pesa, que vaya deltoides hermoso lucías el año pasado, campeón/a.

Si este chico pudo hacerlo, tú también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario