lunes, 3 de diciembre de 2007

Ronaldinho y el EURIBOR.

Soy un marciano y llevo una semana viendo el telediario. Ya tengo claro cuáles son las mayores alegrías y problemas de la sociedad española. Por este orden: (i) si Ronaldinho juega o no y por qué; (ii) si Raúl vuelve a la selección española; (iii) si determinado jugador de fútbol ha practicado el sexo extramatrimonial y remuneradamente; (iv) interrupciones de convivencias de sangre azul; (v) graves inundaciones con arrasado de casas; (vi) muertos en Irak, Palestina, varios puntos de África (esto último lo contaron muy rápido y no me quedé con el sitio concreto) y por violencia familiar; (vii) deportes varios de motor o no.

Escuchadas las conversaciones entre los terrícolas, resultan coincidir en sus intereses con tres o cuatro primeras de las noticias expresadas en el telediario. Concluyo que a los terrícolas les interesa más lo que hace o deja de hacer un futbolista que practicar ellos mismos el fútbol. Parece interesarles mucho también lo que el futbolista hace cuando no está jugando al fútbol. Debe de ser que la generación de endorfinas (http://endorfina.bligoo.com/content/view/52691/Que_son_las_Endorfinas.html )
fuera del terreno de juego redunda en victorias o derrotas de su equipo. De otro modo, no me explico tanto interés.

También a los terrícolas parecen interesarles mucho más las endorfinas ajenas que cómo hacer frente a sus hipotecas, las nuevas condiciones extremas de su clima, la deficiente limpieza de sus ciudades, el número récord de repetidores en las aulas de sus hijos, cómo integrar a los inmigrantes, etc. Todas ellas me parecen cuestiones más cercanas a cada terrícola que las anteriores. A veces me pregunto si es que los problemas a los que aludo en este párrafo son tan acuciantes que los terrícolas apenas se atreven a verbalizarlos, y prefieren frivolizar con separaciones que no sean de su familia, alineaciones de fútbol y demás.

En mi planeta está prohibido jugar al fútbol entre compañeros de oficina. Cada vez que hacemos un “solteros contra casados”, varios acaban en el traumatólogo y la ronda de cervezas sin ellos resulta triste. En mi planeta cada uno practica algo de deporte para mantenerse sano y generarse sus propias endorfinas. Y de las endorfinas de los demás, que se ocupen ellos (dentro y fuera del campo).

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