lunes, 19 de mayo de 2008

Héroes y ejemplos

Rafa Nadal ganó (18 de mayo de 2008) a Roger Federer la final del campeonato de Hamburgo en un partido que me pareció un ejemplo de los valores clásicos del tenis. En un momento crucial del tercer y último set, Nadal sacó y Federer pensó que había ido fuera. Federer restó tranquilamente fuera. Luego tuvo dudas, se acercó, vio el bote dentro y dio por bueno el punto a Nadal. Sin discusión, sin alharacas. Somos profesionales o qué.

Otro gesto. Valentino Rossi ganó ayer en Le Mans en una carrera de moto GP muy emocionante, con lluvia incluida a falta de 14 vueltas. La ocasión nos permitió ver la remontada espectacular de un Jorge Lorenzo cojo y dolorido. Nada más cruzar la meta, Valentino (que hizo un caballito de un palmo) se giró para felicitar a Lorenzo (caballito de 180 grados), reconociéndole el mérito con una deportividad que no se me ocurre a la viceversa.

A las personas se las mide por el tamaño de sus enemigos. En el deporte, los enemigos son los adversarios, y qué grandes son los cuatro citados: Federer y Nadal, Rossi y Lorenzo. Los tres primeros se dan cuenta de que su grandeza se debe a la grandeza de sus oponentes. De Lorenzo, me caben dudas, porque parece que sólo le importa él mismo. A Rafa, Roger y Valentino les auguro una carrera post-deportiva de comentaristas, federativos, anunciantes y personajes públicos relevantes. A Lorenzo, como no cambie, le recordaremos como un imprudente extraordinario que comía caramelos con palo. O no siquiera eso.

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